domingo, 19 de febrero de 2017

Saludo

Estimados hermanos en Cristo y en la Santísima Virgen María:
Por primera vez tengo el enorme honor de ponerme en contacto con todos aquellos que forman parte de esta ilusión colectiva llamada VI Encuentro Nacional de Mujeres Cofrades y Costaleras, motivo de orgullo para la Fe cristiana y para Huelva en particular, como centro de estudio y reflexión del papel de la mujer en el seno de las Hermandades y Cofradías.
Cuando hace casi cuatro años comenzó a gestarse la idea de que la capital choquera fuera la sede de este evento muchos dudas e interrogantes surgían y nublaban la férrea voluntad de que el sueño se materializase como muestra de que nuestra bendita tierra es paradigma de aquello que entendemos debe erradicarse en un mundo en el que vivimos: la desigualdad de género.
Pero la constante, paciente y, sobre todo, contagiosa esperanza de los que han estado hilando las entretelas de las candilejas de los preparativos iniciales han hecho realidad lo que hoy venimos a presentar y a dar a luz como una parturienta primeriza que con los ojos anegados de lágrimas ve entre sus manos el fruto de su amor.
Hoy da comienzo el pistoletazo de salida de la anunciación al mundo de esta casi faraónica obra de la que todos sois partícipes, da igual que estéis o no en la organización, porque este evento es de TODOS; de hombres y mujeres, de mayores y jóvenes, de clérigos y laicos de políticos y ciudadanos de a pie. No sólo es la muestra de la devoción cofrade por nuestro Sagrado Redentor, sino por su Santa Madre, ejemplo divino de misericordia, comprensión y caridad.
“Yo sufro cuando veo en la Iglesia, o en algunas organizaciones eclesiales, que el papel de servicio, que todos nosotros tenemos y debemos tener, de la mujer se desliza en un papel de servidumbre”. Estas sabias palabras pronunciadas por el Santo Padre Francisco el 12 de octubre del 2013 con ocasión del 25 aniversario de la Carta apostólica Mulieris dignitatem de San Juan Pablo II, debe abrir el melón de la reflexión ya iniciada por S.S. “Dios confía el ser humano a la mujer”, y fue el lema del Congreso Internacional celebrado ese mismo año en Roma bajo el auspicio del Consejo Pontificio para los Laicos que buscaba ahondar más en el en este asunto porque se entendía que no se valoraba suficientemente a la mujer.
Este es el espíritu que anida en este Congreso de trabajo, sí, de trabajo; pero también de encuentro en los regazos de la Santa Madre Iglesia, la que, no olvidemos, es la Maestra y máxima tutora de nuestra Fe.
Confío en que este Encuentro sea un ejemplo a seguir no sólo en cuanto a organización, sino en cuanto a devoción, pues lo uno sin lo otro no tendría sentido.
Os esperamos, si Dios lo quiere, en esta entrañable tierra de María Santísima del Rocío bajo la dulce mirada de nuestra patrona la Virgen de la Cinta, para que, como hermana de vuestras inquietudes, nuestra ciudad abrirá sus brazos para acogeros como la madre que cuida de sus hijos, como esa madre que es retrato vivo del mayor de los amores; porque, no olvidemos, Caridad es nombre de Mujer.
Dios nos bendiga.
Julián Domínguez Romero
Presidente de la Plataforma para el VI Encuentro